Machismo pero al revés

En el blog Mujeres de El País publican una entrada sobre insultos sexistas. A raíz de ese "chochito de oro" con el que Xaquín Charlín se refería a Soraya Sáenz de Santamaría, se plantea darle la vuelta e imaginar una serie de exabruptos en los que son los varones políticos quienes son cosificados, sexualizados e infravalorados por otras mujeres políticas. Ese ejercicio de "darle la vuelta" es similar a aquellos videos en los que los hombres son acosados sexualmente en el espacio público por diferentes mujeres, o aquellas imágenes en las que son hombres quienes ocupan las posiciones de mujeres en los anuncios de publicidad. No es lo mismo y no será lo mismo y no es posible su comparación.

Dean Spade escribe en Normal Life sobre diferentes conceptualizaciones de la discriminación. En los discursos LGTBQ más normativos, se tiende a comprender la discriminación como una acción intencionada e individual que se debe combatir mediante castigos dirigidas a un nivel micro. Por el contrario, un acercamiento estructural nos hace comprender que la opresión, la discriminación, no depende de intenciones individuales ni se puede combatir mediante leyes de crímenes de odio que fortalecen el sistema punitivo y la industria carcelaria (que son estructuralmente cis-sexistas y racistas).

Un individuo podría despreciar a un varón cisgénero blanco heterosexual por ser varón cisgénero blanco heterosexual (por ejemplo) y podrá parecernos más o menos mal pero eso no será cis-sexismo ni racismo porque no es así cómo el cis-sexismo y el racismo funcionan. Y no, el hembrismo, la heterofobia, el racismo al revés (reverse racism)... no existen. Necesito un botón que repita, cada vez que lo pulse, "relaciones de poder", "relaciones de poder", "relaciones de poder"...


1 reacciones

  1. Qué curioso, me disponía a enviarte el artículo de El País sobre insultos al revés y me encuentro justo que tú ya le habías dado varias vueltas :)

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